Boletin 2004

La Cofradía del Rosario por las calles de Jaén

Evocando en el recuerdo aquella noche del domingo cinco de Octubre de dos mil tres, cuando gratamente sorprendido admiramos el cortejo que formaban los jaeneros, alumbrando unos y todos acompañando a María en su bendita advocación del Santo Rosario, precedida por la maravillosa Imagen de Santo Domingo de Guzmán, quiero con esta mi humilde colaboración resaltar la solemne clausura del Año del Rosario proclamado por S.S. Juan Pablo II. Y lo hago mirando la artística y bella Imagen de Nuestra Señora del Rosario que preside la Iglesia Conventual de las Dominicas en esta Ciudad.

Pero antes, tengo que felicitar a los miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Santo Rosario que con un desarrollo devocional del rosario inculcado por las madres dominicas, están formando una institución de fieles

dedicados al ejercicio rosariano. Y en silencio, con la humildad que debe caracterizar al cristiano, pronto alcanzarán metas tan importantes como la difusión por el rezo del Santo Rosario en toda la Ciudad, en todas las Parroquias y Conventos y por qué no en todos los hogares jiennenses tan cerca de María como es Jaén de su Virgen de la Capilla.

Se dice que el rezo del Santo Rosario, en la hora del descanso, después del trabajo, en familia o en comunidad, en momentos tranquilos del anochecer, es el canto a María que asciende mas recto del corazón, pues cuando se dice ‘Dios te salve María.. . . » desde cualquier garganta humana, estamos lanzando al espacio la oración mariana que al escucharse se convierte en plegaria que invita a las campanas echarse al vuelo y a los pájaros revolotear  saliendo de mas de un árbol, haciendo con su tímido ruido, como una música celestial; un concierto oracional que sin duda llega al cielo y es escuchado por Dios en homenaje a María y por ello con suma complacencia.

Y en la tierra, concretamente en Jaén, dicen las crónicas y vivimos cada año el 10 de Junio como anunciando el Descenso de la Virgen a esta Ciudad, del Rosario de San Bernabé, de la desaparecida Cofradía del Rosario de la

Santísima Virgen de la Capilla; la que al fusionarse con la Cofradía de la Corte de María dio origen a la actual; dos cofradías en una dando gloria a María por el Rosario cada día y la Salve los sábados en su Capilla en la Sacra Iglesia,

Santuario y Parroquia de San Ildefonso.

Igualmente resaltamos a Pueblos de esta Provincia y de la geografía en general que tienen por Patrona y especial devoción a la Virgen del Rosario, quedando de esa forma en la tierra el eco de voces anónimas de devotos y fieles a la Soberana Señora que con sus dedos han acariciado “las cuentas» que en forma de oración en público y en silencio, en comunidad o en la intimidad a exaltar y a la vez  recordando a la Virgen, rogar por nosotros y la sociedad.

Esa en parte es la función de la Cofradía de gloria rosariana que en Jaén tiene su sede en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, donde la Virgen del Rosario preside el templo conventual y donde se le rinde culto por las Madre Dominicas, los cofrades y la sociedad en general.

Nuestra Señora del Santísimo Rosario, hermosa advocación de la Virgen María, festividad del 7 de Octubre, instaurada en 1.573 para toda la Iglesia por el Papa Gregorio XXIII.

Establecida pues la festividad y confirmado plenamente el movimiento devocional, Felipe IV en 1.655 dictó un Edicto Real, por el que se instaba a los Obispos la promoción del rezo del Santo Rosario intensificado por predicaciones populares; profundamente arraigado donde existe un convento de dominico/as. Significada expresión de religiosidad popular manifestada a diario ante María, establecido como práctica devoción, que surge de un cotidiana amor enraizado esencialmente a la Virgen. Pues el Santo Rosario tiene mayor fuerza desde que lo introdujeron los primeros frailes de la Orden de predicadores, al ser una práctica relacionada directamente con Santo Domingo de Guzmán.

Una práctica religiosa popular que en nuestros días, después de su decadencia, nuevamente se está viviendo, aunque con pocos integrantes, si en progresivas convocatorias por parroquias y cofradías como son los conocidos Rosarios de la Aurora.

Aunque en un principio el Santo Rosario se rezase en templos con pláticas entre misterios bajo la coordinación directa del clero, pronto se generalizó al

ser organizados también por parroquias, vecinos o cofradías y hermandades y sucesivamente en torno a retablos o imágenes de Virgen, convirtiéndose así en

Rosarios públicos.

De esta forma surgió la manifestación en forma de procesiones, cortejos que se formaban por calles de barrios, preferentemente limítrofes a Iglesias parroquiales en horas tempranas preferentemente, considerándose en aquellos

tiempos de misiones como un ejercicio de piedad con un cierto carácter penitencial.

Se dice que era también una catequesis pues “en torno a los misterios del Rosario, se construye todo un esquema doctrinal y de moral católica que desarrollaba el clero con ese gran concurso de fieles que participaban en las procesiones».

De esta forma, inmersos en el siglo XXI hemos podido comprobar que la devoción al Santo Rosario de clara tutela dominica, sigue siendo popular, prueba de ello, aquel domingo cuando el pueblo de Jaén hizo suya la devoción

al Santo Rosario por la imagen de advocación rosariana, llenando las naves de la S.I. Catedral por la mañana y las calles del Centro de la Ciudad por la tarde noche en procesión de gala.

José Galián Armenteros