Boletin 2002

Tríduo 2002. Día 1

1.‑ SALUDO:

Lector: El ángel del Señor anunció a María.

Todos: Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Lector: He aquí la esclava del Señor.

Todos: Hágase en mí según tu palabra. Ave María.

Lector: Y el hombre se hizo carne.

Todos: Y habitó entre nosotros. Ave María.

Lector: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Todos: Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

2.‑ LECTURA:

El arcángel San Gabriel se había dirigido a la Virgen de Nazaret y le propone ser Madre de Dios. Ella responde con un sí generoso. El «Fíat» de María ha traído la salvación al mundo, el Verbo se hace carne. El amor de Dios al mundo no ha parado hasta darle a su propio Hijo, que viene para hacer la voluntad del Padre.

María es la verdadera Madre del Dios Salvador, unida en su Hijo en la obre Redentora.

El «Fíat» o «Hágase» de nuestra madre es para nosotros ejemplo. Nuestra vida debe ser la realización de la voluntad de Dios sobre cada uno de nosotros. De que tú y yo digamos «sí» a Dios, dependen también cosas grandes, la felicidad nuestra y la de muchas personas.

El mensaje de amor que nos trajo Cristo es siempre importante. No es difícil ver como el mundo de hoy, a pesar de su belleza y grandeza, a pesar de las conquistas de la ciencia y de la tecnología, está falto de más verdad, de mas amor, de más alegría. Y todo esto se encuentra en Cristo y en su modo de vida.

María, una joven de aquel tiempo, supo decir «sí» a Dios, y no huyó ante el compromiso que Dios le pidió.

¿Y tú y yo, estamos convencidos de que el Señor nos llama para que seamos auténticos seguidores suyos?

Le pedimos a María, la Virgen del «sí», que nos enseñe a ponernos en total confianza ante la voluntad de Dios, y a decirle también «sí» a su proyecto, sólo así seremos plenamente felices

 

3.‑ REFLEXIÓN PERSONAL.

            Breve silencio.

Pídase la gracia que se desea alcanzar.

4.‑ PLEGARIA

‑ Para que siguiendo tu ejemplo, tengamos siempre a flor de labios, el «Sí» generoso que nos pide el Señor en cada momento de nuestra vida. INTERCEDE MADRE ANTE EL SEÑOR.

‑ Para que los éxitos y buenas acciones, nunca nos impidan reconocer nuestra pequeñez y dependencia de Dios. INTERCEDE MADRE ANTE EL SEÑOR.

‑ Madre, para que la salvación que nos viene de Cristo, por tu medio llegue a todos los hombres. INTERCEDE MADRE ANTE EL SEÑOR.

5.‑ ORACIÓN FINAL.

Virgen del Rosario, Madre del «Sí», enséñanos a no ser calculadores, y a admitir a Dios con su voluntad en nuestras vidas, 2a responder con humildad siempre que nos necesiten, para que así demos un verdadero y auténtico testimonio cristiano. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Monitor: REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO.

Todos: RUEGA POR NOSOTROS.