Boletin 2005

Editorial

            Cuando me dirijo a tantas personas a través de las líneas de este Boletín, lo único que me atrevo a decir es que la devoción mariana es algo fuera de lo normal, después de vivir intensamente todo un tiempo de Gloria con tantas advocaciones. Y por tener nosotros los cofrades del Rosario un papel importante dentro de la Nueva Evangelización, nos ponemos a disposición de todos los jiennenses para dar testimonio de un compromiso que poco a poco va calando dentro de nuestros corazones. Un testimonio que va desde el rezo del Santo Rosario hasta la unión en fraternidad y armonía entre toda la Gran Familia Dominicana.

            Este año, un pequeño grupo de fieles vivíamos unos momentos inolvidables cuando en el mes de abril visitamos la Casa de Santo Domingo, el fundador de la orden, en Caleruega. Fueron pocos días, pero muy intensos en emociones al visitar el lugar donde nuestro fundador inició su andadura como predicador. Pudimos contemplar muchos sitios de gran simbología dominica, en particular la casa donde nació Santo Domingo, que ahora es casa de espiritualidad, y dónde se va a ver a Dios y a hablar con Él. Sin duda este viaje nos ha marcado aún más nuestra devoción, que desde hace años sentimos  por esta singular orden, que cuando se conoce y se vive, nos hace sentir hijos e hijas de Santo Domingo.

            Ahora, después de esta visita tan afortunada, me explico tantas cosas, por ejemplo el carisma que cada monje y cada religiosa de esta orden desprende por su persona. Un carisma que dicen que Santo Domingo tenía para la predicación. Por eso convivir cada día cerca de un convento dominico es vivir la predicación de Santo Domingo. Creo que si las personas fuéramos un poco más sinceras y viviéramos en paz con Dios, no se tendría hoy el problema tan grave de las vocaciones religiosas.

            En este año de la Eucaristía y de los 150 años de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de María, los seglares tenemos la obligación de hacernos un examen de conciencia y hacernos muchas preguntas sobre los valores humanos que ofrecemos a nuestras familias, sobre que es lo verdaderamente importante, ¿la diversión y el libertinaje? Cuesta tan poco poner a Dios en el centro de nuestras vidas. En el Año de la Eucaristía nos lo dice la Iglesia, vivir con la Eucaristía es vivir con Dios.

            Los cofrades del Rosario tenemos una cita con la Eucaristía el próximo mes de octubre, cuando celebremos el Triduo en Honor a la Virgen del Rosario. Vivamos la Eucaristía de forma muy especial abriendo nuestros corazones y dejándonos llevar por el carisma de nuestras madres dominicas.

            A partir de este mes de octubre, de forma extraordinaria, nuestra Cofradía hermana de la Estrella estará celebrando las actos por el cincuentenario de la Solemne Bendición de María Santísima de la Estrella. Desde aquí quiero transmitirles mi más sincera enhorabuena por tan importante acontecimiento. Son muchos los actos que vienen celebrando y que celebrarán, como la Fiesta Principal, que D.M. se celebrará el próximo 19 de noviembre, día en que se le impondrá una maravillosa corona de plata y oro donada por sus cofrades y devotos. Y el próximo día 1 de noviembre la Hermandad de la Estrella, junta a la Cofradía del Rosario,  tiene previsto hacer una Vigilia de Oración de la Juventud, en la Iglesia Conventual, donde todos los que nos sintamos jóvenes debemos asistir.

            Quisiera que todos los deseos expresados en estas líneas no caigan en vano y que participéis en todos los actos y cultos previstos, que demos testimonio de que somos una Cofradía de Gloria en la Iglesia y en las calles de nuestra ciudad. Que sepamos vivir el Rosario en cada uno de los actos que vamos a celebrar. Que hagamos que cada parada del recorrido de nuestra procesión un salterio de rosas hacia nuestra Madre del Señor, nuestra Madre del Rosario.

            Termino agradeciendo a mi Junta Directiva su dedicación y a las empresas anunciantes su colaboración, que hace posible que este boletín vea la luz. Con sus donativos están colaborando verdaderamente en la difusión del Rosario.

¡Viva María!

¡Viva el Rosario!

¡Viva Santo Domingo

que lo ha fundado!