Boletin 2005

Del Jaén de 1818 : Un sermón memorable en Honor de la Virgel del Rosario

Entre los muchos testimonios documentales de la secular devoción de Jaén a la Virgen del Rosario hay uno, que por su rareza y singularidad bien merece ser divulgado. Se trata del folleto que contiene la oración sagrada que en 15 de octubre de 1818 pronunció el obispo de Jaén D. Andrés Esteban y Gómez, en la solemne fiesta celebrada en el Real Monasterio de Santa Catalina Mártir, de los P. P. Dominicos, por el Regimiento de Infantería “Inmemorial del Rey” núm. 1, en honor y alabanza de su Patrona, la Santísima Virgen del Rosario.

Hasta que en 1892, a propuesta del Inspector General de Infantería, la Reina Regente Dª María Cristina en nombre de su hijo D. Alfonso XIII determinó que todos los Regimientos y Cuerpos del Arma de Infantería quedasen en lo sucesivo bajo el patronazgo de la Inmaculada Concepción, fue uso común que cada Cuerpo tuviese a título particular una Patrona de su específica y propia devoción.

De ahí que el Regimiento de Infantería “Inmemorial del Rey” núm. 1, eligiese por Patrona, en sus constituciones redactadas en Ceuta en 1696, a la Virgen del Rosario, en cuyo honor y alabanza estableció que todos los años se hiciese solemne fiesta, seguida de un oficio en sufragio de los soldados difuntos y el reparto de un generoso subsidio a los necesitados, a lo que en 1766 su coronel el Conde de Fernán Núñez, añadió la celebración de una misión anual durante ocho días como acto penitencial y formativo para la tropa y oficialidad.

Ha sido este Regimiento uno de los mas gloriosos del Ejército Español. Nacido en tiempos de Fernando III con la denominación de “Tercio de los Morados de Sevilla”, en 1634 se reorganizó como “Coronelía de la Guarda del Rey”, siendo su primer jefe el todopoderoso D. Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde-Duque de Olivares, valido y privado de Felipe IV.

Desde entonces y aunque las diversas reorganizaciones del Ejército modificaron su nombre –“Regimiento Inmemorial de Castilla”, “Regimiento Infantería de Línea núm. 1”, “Regimiento del Rey”…- su denominación mas habitual fue la de “Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey núm. 1”, al que añadió el mote heráldico de “El Freno”.

Su historial está pletórico de hechos de armas en los que alcanzó justos laureles: guerras con Francia y Portugal en el siglo XVII; Defensa de Ceuta en 1696; Guerra de Sucesión; Campaña del Rosellón en 1793-1795; Guerras Carlistas; Guerra de Africa de 1859; Campaña de Cuba 1895-1898; Campañas de Marruecos 1909-1924…Su plaza habitual de guarnición fue Madrid, disponiendo en época contemporánea del popular “Cuartel del Infante Don Juan”, en el Paseo de Moret y teniendo la honra de que en sus filas se filiasen como soldados los Príncipes de Asturias.

Disuelto en la reorganización de las Fuerzas Armadas de 1985, su bandera e historial pasaron a la Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército –antiguo Batallón del Ministerio del Ejército- donde actualmente presta sus servicios.

En las primeras décadas del siglo XIX el Regimiento Inmemorial estuvo destacado con frecuencia por tierras de Jaén. Primero en los movimientos residuales de la Guerra de la Independencia, luego en la persecución de las partidas de bandoleros que infestaban la provincia y más tarde en los frecuentes enfrentamientos entre absolutistas y constitucionales.

Y en Jaén estaba de guarnición el año de 1818, cuando llegó el día de su Patrona.

Dado que en la ciudad era tradicional desde siglos atrás celebrar a la Virgen  del Rosario con una solemne fiesta en el convento de los P. P. Dominicos, donde se hallaba establecida su cofradía, fiesta de carácter oficial a la que asistía el Ayuntamiento en corporación, el Regimiento pospuso su celebración al día 15 de octubre, jueves, en que el Regimiento, con todos sus efectivos vestidos de gala, acudió a la iglesia de Santa Catalina Mártir, de los P. P. Dominicos –hoy Archivo Histórico Provincial- para asistir a la misa pontifical que ofició el obispo de Jaén D. Andrés Esteban y Gómez. La imagen de la Virgen del Rosario, desde un engalanado altar en que le rendían pleitesía banderas y trofeos de guerra y escoltada por la escuadra de gastadores del Regimiento, recibió el fervoroso homenaje de la tropa en una fiesta a la que se sumó todo el pueblo.

Tras el Evangelio, ocupó el púlpito el obispo D. Andrés Esteban y Gómez quien pronunció una elocuente oración sagrada comentando el capítulo 3º de Jeremías, “Santificate Bellum : Santificad la guerra”, en la que cantó las glorias de María, exaltó la religiosidad del Regimiento y ofreció atinados consejos pastorales a una tropa, que en la vida cotidiana de guarnición o campaña, practicaba una religiosidad superficial.

Nadie mejor que D. Andrés Esteban para exaltar esta devoción castrense. Nacido en Alustrante (Guadalajara) en 10 de noviembre de 1767 y formado en Siguenza, de donde sería después canónigo, comenzó a distinguirse en la vida pública y política con motivo de la Guerra de la Independencia. Formó parte como vocal de la Junta de Defensa y Armamento de Guadalajara en los años de 1808-1810 y fue diputado en las agitadas Cortes de Cádiz. Su fervor por los principios que encarnaba Fernando VII, le elevó en 1814 al obispado de Ceuta. Y de allí pasó como obispo a Jaén en febrero de 1816, haciendo su entrada solemne el 31 de octubre siguiente.

Plenamente enraizado en la Diócesis Giennense, favoreció sobremanera al Seminario de Baeza y trabajo por expandir la devoción a San José. Intervino activamente en cuestiones políticas, dejando clara en todo momento su adhesión a Fernando VII y su inclinación al absolutismo, publicando varias cartas pastorales en las que abordaba estas cuestiones. En 1825 se le propuso para el arzobispado de Tarragona, pero él prefirió continuar en Jaén, donde falleció en la mañana del viernes 17 de junio de 1831. Está sepultado a la entrada del coro catedralicio, bajo una lauda que proclama sus méritos y virtudes.

El sermón predicado en esta ocasión mereció los mas unánimes elogios, tanto en el estamento eclesiástico como en el castrense. Y por ello el Regimiento promovió su impresión, para que quedase perpetua memoria de él.

Salió de la imprenta de Don Manuel María de Doblas, conformando un folleto en 8º de 19 páginas, bajo el título de “Sermón / que el Ilustrísimo Señor / Don Andrés Esteban y Gómez / Obispo de esta Diócesis, del Consejo de S. M. / predicó el día 15 de octubre de 1818 / en la Real Iglesia / de Padres Dominicos de Jaén / con motivo de la solemne función / que anualmente hace a su Patrona, Nuestra / Señora del Rosario / el distinguido Regimiento Infantería /Inmemorial del Rey”.

 

El tiempo, que tantas cosas difumina, cubrió de olvido aquella fiesta mariana. Pero la indeleble perennidad de la letra impresa nos ha conservado su noticia, como una prueba más de la antiquísima devoción de la ciudad de Jaén a la Virgen del Rosario.

 Manuel López Pérez

Director de la Academia Bibliográfico-Mariana