Boletin 2007

Triduo 2007. Dia 2

MARIA, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS”

 

1.- INVOCACIÓN INICIAL

 

Lector: En el nombre del Padre, del Hijo….

             Dios mío, ven en mi auxilio

Todos: Señor, date prisa en socorrerme.

Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

Todos: Como era en un principio ahora y siempre por los siglos  

            de los siglos. AMEN.

Lector: ORACIÓN: Señor, purifica mis labios y mi corazón, para

                                 que pueda dar gloria a tu nombre, al bendecir  

                                 y ensalzar a la Virgen Maria, Madre tuya

                                 y Madre nuestra. AMEN.

2.- SALUDO

 

Lector:   Señora y Madre de Dios, que aunque estás de gracia

               llena, sufres y lloras rezando el rosario de tu pena.

              Cada cuenta de dolor es una lágrima pura que perdona          

               para siempre mi pecado y mi locura.

             

Todos: ¡ALEGRATE, MARIA, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR

                 ESTÁ CONTIGO!

Lector:  Arrepentido, te imploro que riegues del pecho mío con

              lluvia de bendiciones como un celestial rocío. No me

              dejes, ven conmigo, Madre y Virgen del Rosario.  

             

Todos: ¡ALEGRATE, MARIA, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR

                 ESTÁ CONTIGO!

 

Lector: Entre tus dedos de Rosa, cuelga un rosario de luz, con la

             sangre que tu Hijo ha derramado en la cruz. ¡Ayúdanos,                 

             oh Madre, en nuestro camino diario, siendo nuestra luz,

             fuerza y amparo, Reina del Santísimo Rosario!

Todos: ¡ALEGRATE, MARIA, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR

                 ESTÁ CONTIGO!

 

3.- lectura meditativa

 

                    Nada existe tan desconsolador como al aflicción. Aflicción cuyos orígenes pueden ser múltiples; unas veces proceden de la enfermedad, otras veces de la privación de la libertad de los que sufren. Otras veces, la aflicción prende sus raíces en la soledad y el abandono en que se hallan sepultados quienes sufren toda clase de persecuciones por amor de Dios. En todos los casos, el dolor penetra en sus corazones y les hace sentir el agobio de la pesada carga que han de soportar.

                    Nadie sabe ponderar la magnitud del dolor ajeno. Cuantas veces se permanece impasible ante quien sufre. Cuantos llamados amigos han esquivado la presencia de quien se ve atormentado por el dolor,…Nadie sabe ponderar la intensidad de la aflicción como una madre, ya que su amor y su sensibilidad son los determinantes que permiten calibrar la fuerza del dolor y el intenso sufrimiento que produce. Sus hijos que padecen son su misma vida y esa es la causa de su entrañable y abnegado amor. Ella es su consuelo, su protección, su alegría. Ningún sacrificio escatima la madre. Por esta causa, la Santísima Virgen, Madre de todos los humanos es consoladora de los afligidos que soportan la influencia del dolor causado por las enfermedades, los pecados, las persecuciones religiosas, desprecios y completa soledad en la desgracia,…sólo entonces nuestra Madre Maria, posee amor y virtud para suavizar las profundas huellas marcadas por los surcos que las ardientes lágrimas erosionan nuestras mejillas. Solo en estos momentos, nuestra Madre nos comprende mejor que nadie, puesto que fue una entrega del Amor Divino para que pretejiese nuestra alma y cuerpo durante la vida. Porque se compadece de nosotros y alivia nuestra pena y dolor, comprendiéndonos mejor que nadie en el mundo, es la única y verdadera Madre Consoladora de los afligidos.

4.- REFLEXION PERSONAL

 

   Oramos en silencio, pidiendo interiormente aquellas gracias, favores o necesidades que deseamos alcanzar por medio de nuestra Madre la Virgen del Rosario.

5.- PLEGARIA

 

Lector: Para que seamos verdaderos hijos tuyos y acudamos a ti

            con confianza en todas nuestras necesidades

Todos: IMPLORAMOS MADRE, TU AYUDA.

             (se reza Ave Maria)

Lector: Para que sepamos llenar nuestros vacíos y necesidades

             con tu corazón de Madre.

Todos: IMPLORAMOS MADRE, TU AYUDA.

             (se reza Ave Maria)

Lector: para que sigamos tus consejos y ejemplos de Madre.

Todos: IMPLORAMOS MADRE, TU AYUDA.

             (se reza Ave Maria)

6.- ORACIÓN FINAL

 

                    Salve, Virgen Purísima, a quien la familia humana te invoca con el nombre de Maria, consoladora de los afligidos. En ti ponemos toda la confianza; muestra siempre Madre para nosotros, modelando los corazones, iluminando las mentes, templando las voluntades, adornando nuestras almas con todas las virtudes y alejando de nosotros a los enemigos que quieren perdernos para siempre. Llévanos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, para que podamos gozar de la eternidad de tu amor maternal, en unión con tu divino Hijo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. AMEN.   

 

REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO.

Ruega por nosotros.

CANTO DEL HIMNO DEL ROSARIO.