Boletin 2007

Las monjas de la Orden de Predicadores

Las Monjas de la Orden de Predicadores, nacieron el año 1.206, cuando Santo Domingo asoció a su «santa predicación» por la oración y la penitencia, a las mujeres convertidas a la fe católica, reunidas en el Monasterio de Santa Maria de Prulla y consagradas solamente a Dios.

A estas Monjas, al igual que a los Monasterios establecidos en otros lugares, el Beatísimo Padre nos dio una regla de vida que debían seguir y constantemente les mostró su amor paterno y su cuidado.

Efectivamente «no tuvieron otro Maestro que las instruyese en las cosas de la Orden». Después, como parte que eran de la misma Orden las encomendó a la solicitud de los Frailes.

Tanto los frailes como las monjas tienden, por su manera de vivir, hacia la perfecta caridad para con Dios y con el prójimo, que es eficaz para buscar y procurar la salvación de los hombres.

Llamadas por Dios, a ejemplo de María, las monjas permanecen a los pies de Jesús escuchando sus palabras.

Olvidándose de lo que quedó atrás y lanzándose a sí mismas a lo que tienen delante mediante la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, se consagran a Dios por votos públicos. Con y humildad de corazón, y con ferviente y asidua contemplación, aman a Cristo que está en el seno del Padre.

 

(Fragmentos de las constituciones de las Monjas).