Triduo 2001. Día 2
«SANTA MARÍA DE LA FE»
1.‑ Saludo.
Lector: Bendita tú entre todas las mujeres.
Todos: Bendita tú entre todas las mujeres.
Lector: Como brotan los lirios del campo, El rumor de un cantar sube al cielo, Lo repiten los signos con fuerza Y los hombres de todos los pueblos.
Todos: Bendita tú entre todas las mujeres.
Lector: Eres casa de Dios en la tierra, EL Señor Hizo en ti maravillas, Eres arca de nueva Alianza, Nuevo templo, ciudad escogida.
Todos: Bendita tú entre todas las mujeres.
Lector: Con el ángel decimos: «Señora: ¡Salve, llena de gracia! El Señor con su nombre te cubre Eres Madre del Hijo de Dios.
Todos: Bendita tú entre todas las mujeres.
2.‑ LECTURA
La fe es como una semilla que Dios planta en el alma del hombre. Es un regalo gratuito de Dios. La Fe es: Luz en las tinieblas. Es luz, porque ilumina el camino del hombre, y responde a los mil interrogantes de la vida.
El hombre, examinado sin la luz de la fe, es un absurdo. Pero la fe es luz entre ti nieblas, porque no es evidencia de razón, ni se palpa con los sentidos. Mientras vamos por la vida, caminamos en Fe.
Este es el gran mérito de la Fe. Bienaventurados los que sin ver han creído. Bienaventurados los que se agarran firmes a su Fe, en medio de las dudas y dificultades.
Bienaventurados los que siguen firmes en la noche de la Fe, aún cuando su estrella se haya ocultado entre nubes de tormenta. Fe es fiarse de Dios que se ha revelado a los hombres y nos ama infinitamente. Fe es una entrega incondicional, es un salto en el vacío, agarrados en Dios que nunca falla.
Santa María, alma luminosa de Fe, aumenta y vigoriza nuestra Fe. Que en medio de las dudas y perplejidades se purifiquen nuestras creencias y sigamos aferrados a nuestra fe.
Madre, haznos recios, serenos, para vivir de Fe y no de sentidos, para fiar nos de Dios más que de nosotros mismos. Virgen María, firmes en nuestra fe, seguiremos tus pasos hacia Dios. «Santa María estímulo de nuestra Fe, ruega por nosotros.»
3.‑ REFLEXIÓN PERSONAL.
Breve Silencio.
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
4.‑ PLEGARIA
Para que comprendamos y vivamos la honda significación que tienes, Madre, en la Historia de nuestra salvación, intercede ante el Señor. AVE MARÍA.
Para que la esperanza en Dios haga de Cristo el Centro de nuestra existencia, imploramos Madre tu ayuda. AVE MARÍA
Para que la santa iglesia, nuevo Pueblo de Dios, alcance la plenitud en Cristo, intercede Madre ante tu Hijo. AVE MARÍA.
5.‑ ORACIÓN FINAL.
Maria; Fuente limpia de Fe. Lirio fragante de toda santidad. Predilecta de Dios. Corazón que salta de ternura. Ojos llenos de misericordia. Poseedora del corazón de Dios, purifica nuestra alma para que limpios de toda mancha seamos partícipes de los dones celestiales. Te lo pedimos por Jesucristo tu hijo nuestro Señor. AMEN
REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO. RUEGA POR NOSOTROS