El Rosario en los Siglos XIX y XX

El Siglo XIX

El debilitamiento de la orden dominicana, en gran parte de Europa, a lo largo del siglo XVIII (que fue general en las antiguas órdenes religiosas), pudo repercutir en las Cofradías del Rosario.

En la Francia de la Revolución, el rezo del Rosario fue en muchos casos el único refugio íntimo de los cristianos, la forma de oración para los fieles más o menos perseguidos, obligados a vivir y compartir su fe fuera del marco familiar de devoción. Y las cofradías dejan de existir en derecho por el decreto de la Asamblea Nacional del 18 de agosto de 1792 que conlleva »supresión de las congregaciones seculares y cofradías». Pero en donde de hecho renacen por sí mismas, la mayor parte de las cofradías se encuentran sin la tutela de la Orden de Predicadores, desaparecida como tal del paisaje eclesiástico francés. El esfuerzo de los obispos y los párrocos para rehacer el tejido religioso de las parroquias, frecuentemente contó con la restauración de la Cofradía del Rosario, dirigiéndose a la Santa Sede o al maestro general de la Orden de Predicadores para las cuestiones jurídicas. Hasta que, a mediados del siglo XIX, el padre Henry Dominique Lacordaire restauró en Francia la Orden de Predicadores con la pujanza y el entusiasmo que dio y da los mejores frutos.

En España, tras la supresión de las órdenes religiosas por la exclaustración de Mendizábal en 1835, sucedió algo semejante a lo ocurrido con la Revolución Francesa en el país vecino. Sin embargo, no hubo ruptura, porque muchos de los dominicos continuaron su predicación como sacerdotes diocesanos, y fueron grandes apóstoles del Rosario, en colaboración con otros clérigos, en la España del siglo XIX. Uno de los ejemplos más característicos fue el Beato Francisco Coll, del convento de la Anunciación de Girona, fundador de las Dominicas de la Anunciata. Cuando tuvo que abandonar el convento, se incorporó al clero de su diócesis de Vic y fue, con San Antonio María Claret, el gran propagador del Rosario en Cataluña.

En cuanto a las colonias españolas, aunque fueron consiguiendo su independencia politica, los nuevos países americanos y Filipinas nacieron cristianos, marianos y, en concreto, rosarianos. Así fue desde su descubrimiento y evangelización, y así continuaron después de su independencia. El Rosario forma parte esencial del cristianismo en los países de Latinoamérica: la Virgen del Rosario está entre las advocaciones marianas más queridas del pueblo latinoamericano, en algunos de cuyos países es la Patrona (Guatemala, Colombia); el rezo del Rosario, que aprendieron junto con la primera evangelización, continuó siendo la oración de la comunidad cristiana de los valles y montañas de la selva, incluso cuando por la escasez de clero y la ausencia de dominicos, ellos mismos organizaban su vida de piedad; y la Cofradía del Rosario encontró terreno abonado en las comunidades indígenas y en las de las ciudades.

EL «ROSARIO VIVIENTE»

A Paulina Jaricot (1799-1862) se debe el relanzamiento efectivo del rezo del Rosario en Francia, mediante la asociación del Rosario Viviente, que luego se extendería por toda la Iglesia.  Se propuso que se extendiera el interés y la ayuda a las misiones, y la evangelización del mundo obrero por medio del rosario. Las cotizaciones alcanzadas fueron modestas; modesta también la exigencia de la oración: una sola decena del Rosario al día. Pero el compromiso de cada socio, de reclutar otros cinco, creará una cadena de solidaridad: los resultados financieros no serán despreciables, mientras que el reparto, siempre renovado, de los misterios del Rosario entre los quince miembros de los grupos así constituidos, realizaría diariamente una verdadera y permanente oración.

Inscrita en la Cofradía del Rosario desde 1817, Paulina Jaricot conocía, ciertamente, la fórmula del Rosario Perpetuo, instituida en el siglo XVII, pero la encontraba desfasada.

Los medios son simples, pero la visión es ambiciosa. La preocupación por la difusión de las buenas lecturas queda en segundo plano, pues se trata de retomar y promover la originalidad profunda de la oración del Rosario como instrumento de evangelización: «… Se trataba de conseguir que la gente, que no sabe lo que es meditar, acepte pensar, durante el espacio y el tiempo necesario para rezar un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria Patri, en uno de los misterios del divino Redentor y de su santísima Madre… La mirada de estos corazones a uno de los misterios de la vida de Nuestro Señor durante un minuto, supondría media hora al mes de meditación sobre este divino Jesús a quien no se puede mirar sin que el terreno del corazón del hombre se caldee y produzca algunos frutos de salvación (cf. D. Lathout: o.c.).

Paulina Jaricot se emplea a fondo en esta misión, mediante las tarjetas espirituales o las cartas circulares que ella misma enviará, durante muchos años, a las celadoras de su obra.

Durante su estancia en Roma en 1835, Paulina Jaricot contacta con fray Tomás Cipolletti, maestro de la orden de predicadores, quien, el 7 de noviembre, autoriza el establecimiento de una Cofradía del Rosario en la capilla de Santa Filomena (santa de la devoción de Paulina), en Fourviére. El 24 de mayo de 1836, un documento del mismó Cipolletti, dirigido a los directores eclesiásticos y a todos los miembros presentes y futuros de la asociación del Rosario Viviente, declara que los admite en la comunión espiritual de los santos y santas de la Orden de Predicadores. Y el capitulo general de 1838, reunido en Roma, encomienda al nuevo maestro de la orden, Ángel Ancarini, que intervenga ante el Papa Gregorio XVI para dar una solución definitiva al «llamado Rosario Viviente», que pasaria a depender de la autoridad de la Orden del Rosario.

Desde la primera organización del ministerio apostólico dominicano en Francia, la expansión de la devoción mariana ocupa un lugar destacado. La práctica del «mes de María» se aclimata tan bien en las parroquias francesas después de las misiones de la restauración, que la predicación de este ejercicio piadoso constituye, entre la Cuaresma y el Adviento, uno de los tres tiempos fuertes del año para los religiosos más capacitados.

15. LOURDES Y FÁTIMA

Si en el siglo XVI el acontecimiento de la victoria de Lepanto permitió un verdadero relanzamiento del Rosario, las apariciones de la Virgen en Lourdes, primero (1858), y luego en Fátima (1917), han tenido en la época contemporánea un alcance considerable en el desarrollo de la devoción popular. Lourdes y Fátima son las capitales mundiales del. Rosario.

Las apariciones a Bernardita Soubirous en Lourdes, poco más de tres años después de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, fueron un fuerte impulso de la oración del Rosario. «En este siglo que ignora las cosas divinas», la Virgen María «sobre todo ha enseñado el santo Rosario; ella tenía en sus manos un bello rosario, del que pasaba las cuentas sagradas, y lo hacía recitar a la niña durante sus maravillosos éxtasis. El Rosario de Santo Domingo y de San Pío V parece que debe ser todavía el arma de los triunfos de la Iglesia».

La recitación continua del Rosario ante la gruta de Lourdes, es como una escuela permanente de oración en la que, con la afluencia de peregrinos desde 1872, participan la mayor parte de las parroquias de Francia y del mundo. Oración de grupos, pero también oración personal. Entre los cientos de millares de peregrinos, todo el mundo va pasando las cuentas de su rosario, en las grandes procesiones o en el silencio de la gruta.

Adelantándonos enla historia, junto a Lourdes hay que destacar la importancia decisiva de las apariciones de Fátima. Incluso más, porque la misma y única Virgen Maria, que en Lourdes se identificó como la Inmaculada Concepción» que llevaba su rosario en las manos, en Fátima dijo claramente: «Yo soy la Virgen del Rosario». Primero, como preparación, las apariciones del Ángel de la Paz, y, sobre todo, las de la Virgen del Rosario en Coya da Iría (13 de mayo-13 de octubre de 1917) a los Beatos Francisco y Jacinta, guiados por su prima sor Lucía,, para los tres pastorcillos el Rosario era el clima habitual de las visiones y revelaciones celestiales . El ángel les enseñó a rezar el Rosario íntegramente. Y la Virgen insistió, como mensaje para el mundo, que por el rezo del Rosario llegaría al mundo la paz y la salvación.

Lourdes y Fátima, por las apariciones y mensajes de la Virgen, por el magisterio de los Papas en relación con esos acontecimientos, y por la trayectoria pastoral y espiritual de tantos años desde 1858 y 1917 en torno a los lugares de las apariciones, no tienen explicación si se prescinde del Rosario..

OCTUBRE, MES DEL ROSARIO

Un dominico exclaustrado, fray José Peralta y Marqués, rector de una antigua iglesia dominicana de Écija (Sevilla), intentó doblar la eficacia del mes de María en su parroquia, con otro mes de oración mariana. Pide a un hermano de orden, fray José María Morán (t 1884), que le escriba una especie de octavilla preparatoria. Pero .éste amplia la propuesta de aquel proyecto: escribe y envía a todo el episcopado español su opúsculo Mes del Rosario o mes de Octubre, 1866; Barcelona, 1871.

La práctica del mes del Rosario se propaga con bastante rapidez y queda institucionalizada, en el sentido fuerte de esta palabra, desde 1883, por León XIII, que inaugura así la larga serie de sus intervenciones y encíclicas. Los Papas siguientes continuarán hasta el siglo XXI aconsejando el rezo del Rosario, especialmente durante el mes de octubre.

SIGLO XX: NUEVAS INICIATIVAS

En el siglo XX se abrió un campo más amplio a la renovación de la pedagogía del Rosario, estimulada por los movimientos profundos en los campos que le afectan: bíblico, litúrgico, espiritual. El Concilio Vaticano II, en la segunda mitad del siglo XX (1962-1965), se hace eco de esa renovación y le da un nuevo impulso.

Sin mencionar expresamente el Rosario, se refiere directamente a él cuando dice: «Los hijos de la Iglesia han de sentir gran aprecio por las prácticas y ejercicios de piedad mariana recomendados por el Magisterio a lo largo de los siglos… (Los, teólogos), dedicándose al estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia, así como de las liturgias bajo la guía del Magisterio, han de iluminar adecuadamente las funciones y los privilegios de la Santísima Virgen que hacen siempre referencia a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad… Los fieles deben recordar que la verdadera devoción no consiste en un sentimiento pasajero y sin frutos ni en una credulidad vacía. Al contrario, procede de la verdadera fe, que nos lleva a reconocer la grandeza de la Madre de Dios y nos anima a amar como hijos a nuestra Madre y a imitar sus virtudes» (Lumen gentium, 67). El Rosario es la devoción mariana más recomendada por el Magisterio, se nutre de la Sagrada Escritura y de la teología; y, a través de María y de su imitación como mujer de fe, lleva al seguimiento de Cristo.

La Orden de Predicadores, sin olvidar su aportación secular y su compromiso de presente y de futuro, considera el Rosario como patrimonio de la Iglesia. Sin embargo, ningún ministerio apostólico está tan fuertemente estructurado en la Orden de Predicadores como el del apostolado del Rosario, con el ejército de sus «promotores» (conventuales, provinciales, general), sus informes regulares a las diversas instancias del gobierno, sus congresos nacionales e internacionales (seis, de 1954 a finales del siglo XX), sus diversas asociaciones, sus múltiples revistas o boletines, etc. Entre las iniciativas que han surgido en el siglo XX, podemos destacar:

a) La peregrinación anual del Rosario a Lourdes, dirigida por los dominicos franceses, en octubre: primero regional (Toulouse, 1908), después nacional (1933), cuya red de servicios de la Hospitalidad representa un verdadero movimiento de formación espiritual. Es cada año la mayor peregrinación a Lourdes. Está muy relacionada con las «Fraternidades Parroquiales», nueva denominación de la Cofradía del Rosario.

b) Las Novenas del Rosario o Misiones marianas, organizadas por el padre Lucas Hellemans (j- 1970) en Bélgica (1936-1939) y después, desde 1942, en el Mediodía francés con la .ayuda del padre José de Dainville, donde toman el nombre de Misión mariana, hasta que en 1946 el movimiento se extiende por la región de París y por Normandía, en unión con las manifestaciones del «gran retorno» de Nuestra Señora de Boulogne. Venían a sustituir a las tradicionales «misiones populares».

c) Inspirándose en una recitación semanal del Rosario, el Rosario de los hombres, durante la Primera Guerra Mundial, la Oración de los hombres a María nació en Cambrai, en octubre de 1942, impulsada por el canónigo Esteban Guiot, director del seminario mayor, y por un laico, Luis Boda. Recitación meditada y celebrada del Rosario, una vez al mes, en una reunión parroquial, reservada para hombres, se extendió por toda Francia y más allá de sus fronteras, gracias al celo de sus animadores laicos. Dependiente directamente del episcopado, tuvo como director nacional de 1943 a 1983 al dominico Rafael de Ménil.

Otras iniciativas, de. mayor alcance, requieren capítulo aparte

a) Cruzada del Rosario

La Cruzada del Rosario, movimiento espiritual que ha tenido a María en el centro y al Rosario como medio, ha constituido una de las más importantes experiencias de pastoral mariana en el siglo XX. Nacido en Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial, pronto fue extendiéndose a Francia, España, Portugal, Latinoamérica y algunos de los Estados Unidos. Dirigida generalmente por la Orden de Predicadores, siguiendo el consejo de María en Lourdes (1858) y en Fátima (1917), se ha servido de toda clase de medios: predicación, misiones populares, asociaciones, revistas marianasrosarianas, emisiones radiofónicas y otros medios de comunicación. En Viena la llevaron a cabo los franciscanos, y en Nápoles los jesuitas. Mención especial merece la Cruzada del Rosario en Familia, iniciada por el sacerdote irlandés Patrick Peyton en los Estados Unidos, y se extendió por todo el mundo, con el logrado lema de «Familia que reza unida, permanece unida». Sus programas de radio, que se retransmitían a través de 390 emisoras, logra-ron que la campaña llegara a todos. los ámbitos americanos. Y sus espléndidas películas «Los Misterios del Rosario» dieron la vuelta al mundo y siguen ayudando a vivir los misterios de nuestra redención. Un equipo de dominicos españoles, bajo la dirección de los padres Santiago Méndez, Luis Palomo y Félix Bravo, continúa, iniciado el siglo XXII, con esta campaña a través de las diócesis que lo solicitan. ‘En otros países ha habido otras experiencias que podrían citarse al hablar de la Cruzada del Rosario: la motivación es la misma —que se rece el Rosario—, aunque la vinculación a la campaña no haya respondido siempre a una estrategia planificada que uniera las iniciativas dispersas.

b) Los «Equipos del Rosario»

Los Equipos del Rosario representan la más actual fórmula asociativa rosariana, que une a la recitación del Rosario una preocupación apostólica del seglar en su entorno. Nacidos por iniciativa del dominico francés fray Marie-Bertrand Eyquem, fueron aprobados por la Conferencia Episcopal Francesa el 10 de junio de 1967. El movimiento vive una espiritualidad mariana con la impronta dominicana, pero tiene un marcado carácter laical. Pronto se extendieron por toda Francia y pasaron de 100.000 los miembros de los equipos. Para su difusión en España contaron con el entusiasmo de fray Isidro Díez, del convento dominicano de Barcelona, al que ha sucedido fray Pascual Meseguer.

Los equipos están formados, ordinariamente, por quince personas, católicas o no católicas (anglicanos, ortodoxos y protestantes forman parte de estos equipos), practicantes o no practicantes. Cada miembro se compromete a rezar y meditar cada día un misterio del Rosario, y entre los quince rezan cada día el Rosario completo. Para esto, se publica mensualmente un «calendario guía», en el que se actualiza la meditación y las intenciones, de acuerdo con la realidad que se vive en ese momento. Una vez al mes se reúne el equipo para orar en común, siguiendo la publicación mensual de la «guía de la oración en común». A esta oración en común, que se celebra en domicilios particulares, se invita a amigos o vecinos, aunque sean gente alejada de la Iglesia. De este modo, el Rosario adquiere un talante ecuménico y apostólico.

c) El Rosario en los medios de comunicación social

El siglo XX ha sido el siglo de las comunicaciones sociales. Y el Rosario entró en el mundo de la radio, del cine, de la televisión, de los discos y CD…

Radio y discos. Fueron de un gran impacto los programas que el sacerdote Patrick Peyton, dentro de la Campaña del Rosario,. emitió a través de 390 emisoras, con la colaboración de artistas de máxima relevancia mundial. Y, por iniciativa de los dominicos españoles Enrique Rodríguez y Arsenio Sánchez Puerto, cuando la radiodifusión comenzaba a generalizarse en España, iniciaron la retransmisión del Rosario radiado desde la iglesia de los dominicos de Barcelona. El día 3 de octubre de 1948 se iniciaba la`primera emisión diaria del rosario radiado, de la, que fue alma y vida el padre Arsenio Sánchez Puerto, a quien sucedió el padre Claudio Solano Latorre.

A Radio Barcelona le siguió Radio Peninsular de Valencia, y las emisoras de la SER Radio Murcia, Radio Vitoria, Radio Santander, Radio Melilla, Radio Segovia, Radio Castilla de Burgos, Radio Galicia de Santiago, Radio Zaragoza, Radio Girona… De la entónces llamada Cadena Azul: Radio Juventud de Cádiz, de La Rioja, de Zaragoza, de Canarias, de Aranda de Duero. Cuando apareció la COPE, pronto acogieron la mayoría de sus emisoras este apostolado mariano en su programación, desde que el 4 de agosto (entonces fiesta de Santo Domingo) de 1959, lo hiciera Radio Popular de Pamplona, desde la iglesia de los dominicos, que a partir de 1953 lo venían haciendo a través de Radio Requeté:- Siguieron las emisoras Radio Popular de León, de Salamanca, de Ciudad Real, de Asturias, de Valladolid, de Ourense, de Lugo, de Burgos, etc. En las localidades en que había comunidad de dominicos o de dominicas, eran los hijos de Santo Domingo los encargados de dirigir esta emisión, que llenó de sentido mariano gran parte de la segunda mitad del siglo XX, a través de una comunidad invisible de millones de católicos que cada día se unían por medio de las ondas para alabar a María y meditar el Evangelio de Jesús. Cuando las emisoras locales comenzaron a perder autonomía por la imposición de una programación en cadena, surgió la idea de grabar el Rosario en discos y casetes. La iniciativa la asumió el que en 1971 era director del Rosario radiado de Barcelona, fray José A. Martínez Puche. Comenzó con los discos de vinilo —los que por entonces había—, siguió con las casetes («El’ Rosario, del que se han editado medio millón de ejemplares, «Sana Rosari», «O Rosario de Nossa Senhora», «El Rosario del Papa», «Rosario con Juan Pablo D), y luego, con los CD. Después ha ` habido distintas versiones ‘y grabaciones del Rosario, en castellano y en las distintas lenguas, siguiendo el esquema original de 1971: reflexión para cada misterio, rezo de los quince misterios, letanías, y canto de la Salve Regina. Millones de rosarios han sido rezados con estos medios mientras se conduce el coche, amas de casa mientras hacen las faenas domésticas, enfermos, ancianos, grupos de devotos en las iglesias, etc.

Cine. Fue el sacerdote Patrick Peyton quien llevó al cine el Rosario, en las excelentes quince películas «Los Misterios del Rosa- rio>. Cuando, a mediados del siglo XX, estuvo en España para promover y dirigir la gran Campaña del Rosario en Familia, aprovechó para seleccionar a los que interpretarían los personajes evangélicos en las películas. Es significativo que, teniendo gran amistad con las primeras figuras del cine mundial, el padre Peyton prefiriera que la figura de la Virgen María fuera interpretada por mujeres españolas: en los misterios gozosos, la joven murciana Dolores Cantabella, completamente ajena al mundo del cine antes y des- pues,; encarnó a Maria..en la anunciación, la visitación y los primeros años. de Jesús; en los misterios dolorosos y gloriosos, fue la actriz Maruchi Fresno quien interpretó a la María adulta, Madre del Crucificado y Resucitado, y Madre de la Iglesia.

En 1943, Henry King dirigió la gran película de Lourdes, La canción de Bernadette, protagonizada por Jennifer Jones. No es la única película sobré -el fenómeno de Lourdes, pero sí es la mejor. Y en 1951, Inés Orsini, Fernando Rey, José Nieto y otros actores españoles encarnaron en la pantalla a los personajes de Fátima, en el film La Señora de Fátima, dirigido por Rafael Gil.

Televisión. El más influyente de los medios de comunicación, la televisión, ha tardado en aceptar el Rosario en su parrilla de programación. Y lo ha hecho, aparte de alguna otra emisora local reli- giosa, la mayor cadena de televisión por cable de los Estados Unidos: la EWTN (Eternal Word Televisión Network), fundada por la monja clarisa, mundialmente conocida como madre Angélica. Desde, finales del siglo XX, en su programación diaria, en inglés y en español, los católicos de todos los países americanos y parte de los europeos tienen la posibilidad de rezar el Rosario conectando con esta cadena de televisión. Es un programa muy dignamente presentado, en sus imágenes y en su palabra y rezo, seguido por cientos de miles de fieles. Ha habido también algunos casos aislados, como el rezo del Rosario por Mundovisión, desde los principales santuarios marianos del mundo, dirigido por Juan Pablo II desde la basílica romana de Santa María la Mayor, el 7 de junio de 1987, en la apertura del Año Mariano.