La primera procesión eucarística de la Historia
Al concluir el mes de María, el Papa Benedicto XVI meditó sobre el segundo misterio gozoso del Rosario, calificando la Visitación como la primera procesión eucarística de la Historia.
“María va a visitar llevando en el seno a Jesús, recién concebido, a la anciana prima, Isabel, a quien todos consideraban estéril, y que sin embargo había llegado al sexto mes de una gestación donada por Dios.
Es una joven muchacha, pero no tiene miedo, porque Dios está con ella, dentro de ella. En cierto sentido, podemos decir que su viaje ha sido la primera ‘procesión eucarística’ de la Historia.
Cuando entra en casa de Isabel, su saludo es desbordante de gracia: Juan salta de gozo en el seno de la madre, como percibiendo la venida de Aquel a quien tendrá que anunciar a Israel.
Exultan los hijos, exultan las madres. Este encuentro, lleno de la alegría del Espíritu, encuentra su expresión en el cántico del ‘Magníficat’.
¿No está también la alegría de la Iglesia, que acoge incesantemente a Cristo en la Santa Eucaristía y lo lleva al mundo con el testimonio de la caridad operante, llena de fe y de esperanza?
Sí, ¡acoger a Jesús y llevarlo a los demás es la verdadera alegría del cristiano!”
“Sigamos e imitemos a María,
alma profundamente eucarística,
y toda nuestra vida se convertirá
en un Magnificat”