Saludo del Hermano Mayor de la Estrella
Agradezco una vez mas la oportunidad que me brindáis para escribir unas letras en vuestro boletín, con motivo de las próximas Fiestas del Rosario.
Me gustaría transmitiros ante todo, la fuerza que la devoción a la Virgen debe tener para las familias, y no solamente me refiero a lo que entendemos como familia tradicional, sino también a todo el común de las familias que se forman en torno a las comunidades ( trabajo, cofradías, etc. ).
No quiero perder la oportunidad de la celebración del año internacional de la familia, para hacer una llamamiento a que oremos por la mayor y mas grande institución que hoy puede existir, y que desgraciadamente quieren destruir.
Debe ser la devoción a Ella y nuestra constante invocación a la Santísima Virgen, el centro, el motor y el eje de nuestra vida y de nuestro modo de ser y actuar ante los demás. Quien tiene a la Virgen como “ modelo “ y se dirige a ella para rezarle, contarle, suplicarle y esperar su gracia, tiene motivos suficientes para sentirse afortunado como hijo de Dios.
Pero esa necesidad de contar con la Virgen como verdadera Madre que nos ayude y nos consuele, debe nacer desde el seno de nuestras familias. Los padres tenemos la obligación de ser transmisores de la fe en la que creemos, que es la de la Santa Madre Iglesia. Al igual que lo hicieron con nosotros nuestros progenitores. Tenemos la obligación de hacerlo con ellos. Deben vernos y captar a diario, que rezamos ( que lo hacemos con ellos ), que suplicamos a la Virgen y le pedimos apoyo en nuestros momentos de flaqueza y que le damos las gracias por los bienes recibidos. Deben ver en nosotros, como acudimos en familia a la Santa Misa . Deben ver en el matrimonio, el cariño entre los padres, el amor, la comprensión, etc., solamente de esta manera, sabremos que estamos sembrando el fruto para el futuro, no dudando que la Virgen el día de mañana será verdadera protectora de nuestras enseñanzas y nuestros hijos.
No quisiera por tanto terminar sin daros las gracias a vosotros, miembros de la Cofradía del Rosario. Ahora que termina mi etapa como Hermano Mayor de la Hermandad de la Estrella, tengo que abrazaros a todos de corazón para agradeceros vuestro inmenso trabajo para relanzar esta bonita devoción del Santo Rosario. Se lo que habéis luchado, especialmente tú Pepe por sacar este proyecto adelante. Nadie esperaba tu éxito y el de tu Junta de Gobierno.
Me siento muy satisfecho de haber sido durante este tiempo el Hermano Mayor de la Estrella, y haber sido participe de vuestros inicios y haber conseguido esta fraternidad tan hermosa entre ambas familias cofrades.
A modo de testamento, mi mejor deseo no puede ser otro que seguir viendo a ambas cofradías unidas como una sola familia en torno a la Comunidad Dominica que tanto nos quiere. Ese para mi, seria el mejor legado y la mejor lección que podemos darnos entre todos: caminar tras la luz de la Madre del Rosario sembrando el bien y dando a conocer el Evangelio.
Os transmito todo mi cariño, os deseo los mayores éxitos, y me pongo como siempre a vuestra disposición hoy como Hermano Mayor, y mañana como un simple cofrade, para todo lo que necesitéis.
Con todo mi cariño y afecto.
Juan Fco. Ramírez Molina
(Hermano Mayor )