Triduo 2007. Dia 1
“MARIA, CAUSA DE NUESTRA ALEGRIA”
1.- INVOCACIÓN INICIAL
Lector: En el nombre del Padre, del Hijo….
Dios mío, ven en mi auxilio
Todos: Señor, date prisa en socorrerme.
Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Todos: Como era en un principio ahora y siempre por los siglos
de los siglos. AMEN.
Lector: ORACIÓN: Señor, purifica mis labios y mi corazón, para
que pueda dar gloria a tu nombre, al bendecir
y ensalzar a la Virgen Maria, Madre tuya y
y Madre nuestra. AMEN.
2.- SALUDO
Lector: ¡Rosa entre rosas, flor de las flores! Virgen de vírgenes y
Amor de amores.
Todos: ¡MARIA, MADRE DE DIOS, INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO.
Lector: Rosa en que el Señor puso su querer,
flor la más hermosa que se vio nacer,
Virgen que hace dulce nuestro padecer,
Amor que hace nuestros sus santos amores.
Todos: ¡MARIA, MADRE DE DIOS INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO.
Lector: Rosa entre rosas, flor de las flores! Virgen de vírgenes y
Amor de amores. Gloria a Dios Padre, gloria a Dios Hijo,
gloria al Espíritu Santo. AMEN.
Todos: ¡MARIA, MADRE DE DIOS INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO.
3.- lectura meditativa
Todos los humanos ansiamos la alegría. Nuestros sentidos la solicitan constantemente, y el alma la busca incesantemente porque siente su atracción de modo semejante a un flujo misterioso que brota de nuestro ser y nos impele a su posesión con una extraordinaria fuerza.
Nada hay tanto que nos desagrade como la tristeza, por eso en nuestra vida buscamos incesantemente la alegría y, movidos por ese afán, corremos apresuradamente tras ella para lograrla. La buscamos en planos terrenos, puramente físicos y, cuando los ojos deslumbrados por su presencia, la atraen con su irresistible fuerza, la perseguimos tenazmente para afianzarla y saborear su contenido.
Maria expresa la realidad que vive: “Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador”. Dios es el centro y la causa de su alegría colmada.
La perfecta armonía con la voluntad del Señor, le permite disfrutar de la felicidad posible en esta vida. Ahí tenemos el secreto y la clave para nuestro vivir, nosotros que somos perpetuos buscadores de la felicidad.
La verdadera alegría nace de dentro de la persona, como un estado de ánimo permanente que se sustenta en la satisfacción del deber cumplido.
4.- REFLEXION PERSONAL
Oramos en silencio, pidiendo interiormente aquellas gracias, favores o necesidades que deseamos alcanzar por medio de nuestra Madre, la Virgen del Rosario.
5.- PLEGARIA
Lector: Virgen Maria del Rosario, queremos descubrir la sencillez
de Nazaret y el valor de las cosas pequeñas.
Todos: MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ.
(se reza Ave Maria)
Lector: Jesús, al igual que tu Madre, queremos decir “SI” a tu
voluntad, aunque a veces nos cueste entender y aceptar lo
que nos pides.
Todos: MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ.
(se reza Ave Maria)
Lector: Como tú María en Caná, queremos estar atentos a las
necesidades de nuestro prójimo.
Todos: MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ.
(se reza Ave Maria)
6.- ORACIÓN FINAL
Maria, Reina del Rosario, eres madre de la verdadera alegría, porque tu entrega y unión con el Señor te descubrió el secreto de la felicidad plena. No permitas que nuestros pasos se pierdan en busca de fuentes de alegrías engañosas y danos descubrir el gozo en Dios. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. AMEN.
REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO.
Ruega por nosotros.
CANTO DEL HIMNO DEL ROSARIO.