Celebrando nuestra vida
Estamos, como todos sabéis, celebrando el Octavo Centenario de la
fundación del primer Monasterio de Monjas Dominicas fundado por Santo
Domingo de Guzmán en 1206 al sur de Francia, en un lugar llamado Prulla.
Toda celebración es un «rememorar» un acontecimiento para hacerlo vivo
hoy y aquí. Es un volver a los «orígenes» para, contemplando
ese » acontecimiento en su primer frescor» alegrarse de que la semilla que
entonces brotó haya continuado creciendo y expandiéndose a través de los
años.
Nos alegramos de aquella planta que un día sembramos y hoy es
fuerte , alta y vigorosa; nos alegramos del hijo que tuvimos y que hoy es un
hombre; nos alegramos sobre todo de las Aguas Bautismales que un día se
derramaron sobre nuestra cabeza y nos hicieron hijos de Dios, hijos que
han ido creciendo a través del tiempo en su ser cristiano, en la fe. Nos
alegramos de aquel día que encontramos a aquella persona cuya amistad ha
desafiado el tiempo y los contratiempos. Recordamos con gozo esos días y
esas horas en los que experimentamos la belleza de la vida, la gratitud, el
amor, la amistad.
Y los Cofrades acaso no recuerdan con cariño aquella primera vez
en que procesionaron a Ntra. Madre Stma. del Rosario por las calles de
nuestro Jaén?. . . Las primeras flores, el primer manto, los primeros
Rosarios, las primeras miradas de los que la contemplaban toda Hermosa
por las calles.. . Sí, todos recordamos y celebramos.. .
Nos iremos haciendo mayores, y las canas irán dibujando nuestro
correr de los años, iremos viendo crecer a nuestros niños y aún veremos a
los hijos de nuestros hijos, pero todo lo que se sembró confiando en el
Señor, será planta hermosa que alegrará incluso nuestras amarguras y
fracasos.
Ea, pues también las monjas dominicas, las vuestras, se alegran en
este año de una forma especial. Quizá algunos os preguntaréis , y.. . ¿ para
que sirven tantos años y tantas vidas en el silencio Misterioso de un
Claustro?. . . No es una vida estéril y aburrida ese monótono horario tantos
años y tantos días a través de ochocientos? … Domingo de Guzmán, el
Santo al que ya todos veneráis como verdadero Padre y Protector, no se
planteó esas cuestiones, sabía que un árbol sin raíces es un tronco seco, un
cuerpo sin corazón y un cadáver. Y tanto las raíces como el corazón están
bien ocultos y siguen un ritmo de funcionamiento muy repetido y
acompasado.
Las monjas dominicas estaban llamadas a ser raíces y corazón de la
Orden, de la Iglesia, del mundo. Estaban llamadas a ser productoras de
energía, conductoras de energía.
Admiramos la belleza de una gran ciudad iluminada por las
diferentes luces multicolores que le dan tonos de misterio, pero ¿como
brillarían esas múltiples bombillas sin una fuente productora de energía, sin
unos cables ocultos que las fuesen conduciendo desde la soledad de la Central perdida junto a algún salto de agua, hasta la ciudad.?
Nuestra energía se llama GRACIA , la Fuente es Dios y nosotras sus
humildes trabajadoras, que en el claustro calladamente, con nuestra vida
ofrecida, imploramos esta Gracia para la humanidad. Nuestra vida está en
función de la Iglesia, de la humanidad, como lo está el corazón en función
del cuerpo. Y solo se trata de no dejar de latir, aún dentro de las
limitaciones de toda persona humana para que la gracia de Dios llegue a
todos los campos del mundo: las familias, las tierras de misión , los
enfermos, las cárceles y en fin todos los rincones de la tierra.. . . i Que
Cristo Reine, que el Evangelio sea para todos vida, que el hombre descubra
el secreto de la felicidad, que la viña del Señor crezca y de fruto..!
Continuemos meditando estas cosas, la fecundidad, ciertamente no se
mide por los años, pero sí por la perseverancia en esos años, minutos o
segundos que Dios nos ha concedido para desarrollar nuestra misión.
Que Ntra. Madre del Rosario nos ayude a todos a completar nuestra
misión.. . La que El Señor nos ha encomendado a cada uno.. .
MONASTERIO PURISIMA CONCEPCION
MONJAS DOMINICAS – JAEN