El Santo Rosario: Fuente de Salud para el Alma
Me acerco a este primer boletín que edita la cofradía del Rosario, aceptando la invitación de algunos de sus miembros para hacerlo. Quiero que mis primeras palabras sean de ánimo para ellos, pues nadie obliga a nada, y en cambio, desde hace unos meses quisieron recoger el testigo de generaciones anteriores y recuperar nuevamente para nuestra ciudad una cofradía que yacía en el recuerdo de muchas personas volcadas en su día en la tarea inagotable de la propagación del rezo del Santo Rosario.
Tarea hermosa, pero a la vez difícil la que se presenta para los responsables de ésta Hermandad, pues hablar del Santo Rosario es quizás lo más fácil, pero llevar a la práctica la propagación de su devoción debe ser ante todo su meta. Cuentan para ello, ó mejor dicho, contamos para tal fin con la ayuda incasable de la Comunidad de Reverendas Madres Dominicas, ligadas de una manera especial por los vínculos de la orden que representan, con la necesidad de colaborar en la propagación del rezo del Santo Rosario.
Hemos asistido en los últimos meses y más concretamente el pasado día 7 de Octubre a la primera salida procesional de la Santísima Virgen del Rosario desde la Iglesia Conventual de la Concepción. Desde entonces son todos los primeros sábados de mes la fecha elegida por la cofradía para la práctica del Rezo del Santo Rosario. Somos aún muy pocos los que acudimos a dicha cita, y de ahí la necesidad que tiene nuestra cofradía de aunar esfuerzos para que cada vez seamos más los que nos reunamos para tal fin.
El rezo del Rosario es una de las alabanzas más hermosas que podemos dirigir a la Madre de Dios. Es quizás uno de los instrumentos que ofrece la Iglesia para caminar hacia el Padre de la mejor manera posible, junto a Maria. La reflexión ó meditación que nos permite cada misterio del Rosario, es una fuente de salud para el alma.
La Madre del Cielo merece nuestra atención y hacia Ella deben dirigirse nuestras plegarias diarias. Debemos caminar en ésta dirección, la de propagar la devoción del Rosario, pero haciéndolo desde la responsabilidad y el compromiso que hemos adquirido con la razón fundamental que nos ha llevado a impulsar ésta ilusionante labor, que no es otra que la de seguir el camino que otros emprendieron hace muchos años en la cuna de nuestro convento.
Comencemos por tanto a trasladar ése compromiso que hemos adquirido a nuestras propias vidas, en nuestro circulo de amistades habitual, llevémoslo a nuestras familias, y juntémonos a rezar juntos en comunidad. Aunque seamos muy pocos, seremos los justos para sentirnos satisfechos de que realmente estamos cumpliendo la misión que se nos encomendó.
No debemos esperar al mes de Octubre, cuando antiguamente y de forma tradicional se nos llamaba en colegios y en familia a rezar juntos el rosario. La devoción del Rosario nos debe comprometer a rezarlo de forma asidua, aunque se haga de una forma parcial.
Os animo a que no escatimemos esfuerzos. Ahora próximas la fiesta de Santa Maria del Rosario y cuando nos reunamos en la Solemne función de su festividad, pidamos en la Eucaristía por nuestra cofradía y por nuestras intenciones.
Un cofrade.