Triduo 2009. Dia 1
“MARIA, REFULGENTE COMO EL SOL”
1.- INVOCACIÓN INICIAL
Lector: En el nombre del Padre, del Hijo….
Dios mío, ven en mi auxilio
Todos: Señor, date prisa en socorrerme.
Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Todos: Como era en un principio ahora y siempre por los siglos
de los siglos. AMEN.
Lector: ORACIÓN: Señor, purifica mis labios y mi corazón, para
que pueda dar gloria a tu nombre, al bendecir
y ensalzar a la Virgen Maria, Reina del
Rosario, Madre tuya y Madre nuestra.
AMEN.
2.- SALUDO
Lector: María, la Madre de Jesús, nos ha dado la autentica vida, Cristo, Sol de Justicia..
Todos: ¡MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ!
Lector: Ella es la verdadera Madre de los vivientes. María es luz que ilumina y calienta, anima y vivifica. En Ella se halla la vida, es la Madre del Amor.
Todos: ¡MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ!
Lector: Virgen del Rosario, de ti brotan las virtudes de la fe, el amor, la esperanza,…queremos también nosotros, tus hijos, resplandecer como tú. Queremos ser luz en el Señor.
Todos: ¡MARIA, AYÚDANOS A SER COMO TÚ!
3.- lectura meditativa
“La iglesia no compara a María tan solo con la luna, sirviéndose también de la ¨Sagrada Escritura, pasa a una imagen más intensa exclama: Tú eres, oh María, elegida, refulgente como el sol.
Tiene la luz del sol extrema diferencia con la de la luna; es luz que calienta y vivifica. La luz de la luna no tiene calor, no lleva la vida. El sol es fuente de calor, de luz y de vida. Ahora bien, María, que tiene la belleza de la luna, brilla también como el sol e irradia calor vivificante.
Elegida como el sol. Bajo la luz y el calor del sol florecen sobre la tierra y dan su fruto las plantas; bajo el influjo y la ayuda de este sol que es María, fructifican en las almas los buenos pensamientos. Quizá, ya en este momento, estéis inundados del encanto que dimana de la Virgen Inmaculada, Reina del Santísimo Rosario, Madre de la divina gracia.
Recorred la historia de vuestra vida, ¿no veis un tejido de gracias de Dios? Entonces podéis pensar; en estas gracias ha entrado María. Las flores han despuntado y los frutos han madurado en mi vida, gracias al calor de esta Señora, elegida como el sol.
Estáis ahora escuchando este mensaje de amor a la Virgen:¿os calará alguna de sus palabras más profundamente en el corazón, suscitando buenos sentimientos y anhelos de fervor? Es una gracia que llega a vuestra alma a través de la intercesión de María, por la luz de aquel cielo que es María. ¿Esperáis conseguir un día el cielo, mediante la gracia de la perseverancia hasta el último instante de vuestra vida? También esta gracia vendrá a vosotros a través de la sonrisa de María, como un rayo de aquel sol.
Querríamos que también vosotros fueseis como el sol que calienta y vivifica. Que el calor de vuestro amor caliente a las personas y a las cosas que os rodean. Haced notar en cualquier sitio vuestra presencia, por el fervor de vuestra caridad. Vivificad todo cuanto caiga bajo el influjo de vuestros rayos. Esto es, sed como María y con María instrumento de vida en las almas que mueren hoy de frio y de hambre, y que podrían tornar a la casa paterna, si vuestras palabras las moviesen y las arrastrase vuestro ejemplo.”
(Mensaje del Papa Pio XII sobre la Virgen María)
4.- REFLEXION PERSONAL
Oramos en silencio, pidiendo interiormente aquellas gracias, favores o necesidades que deseamos alcanzar por medio de nuestra Madre, la Virgen del Rosario.
5.- PLEGARIA
Lector: Para que todos los hombres reciban la luz y el calor vivificante que irradia Cristo.
Todos: ¡VIRGEN DEL ROSARIO, INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO! (se reza Ave Maria)
Lector: Para que irradien nuestras personas la luz y la vida de Cristo.
Todos: ¡VIRGEN DEL ROSARIO, INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO! (se reza Ave Maria)
Lector: Para que a ejemplo tuyo Madre, seamos también nosotros rayos de sol para el mundo. Que sepamos como tú poner amor donde existe el odio, calor donde reina la frialdad y vida donde impera la muerte.
Todos: ¡VIRGEN DEL ROSARIO, INTERCEDE POR
NOSOTROS ANTE TU HIJO! (se reza Ave Maria)
6.- ORACIÓN FINAL
Oh María, sol de los cielos, sol del mundo, da luz a los que viven en las tinieblas, y a nosotros tus hijos, concédenos reflejarte en el rostro nuestros hermanos, y así podamos participar contigo de tu luz y tu fervor. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo que por ser Dios vive y reina con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. AMEN.
REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO.
Ruega por nosotros.
CANTO DEL HIMNO DEL ROSARIO.