Triduo 2003. Dia 2
“SANTA MARIA SERVIDORA»
1.‑SALUDO:
LECTOR: María contigo proclamamos la grandeza del Señor.
TODOS: María contigo proclamamos la grandeza del Señor.
LECTOR: ¡ Virgen del Rosario. el mundo entero te saluda como a su Reina y como a la Criatura más excelsa de nuestra raza porque Dios se fijó en la pequeñez de su esclava.!
TODOS: María contigo proclamamos la grandeza del Señor.
LECTOR: ¡Tú, la predilecta de Dios, la elegida y predestinada antes de todos los siglos! ¡Mediadora universal, reina del mundo, tu corazón de Madre alienta nuestra vida!
TODOS: María contigo proclamamos la grandeza del Señor.
LECTOR: ¡María tu eres la mujer más sencilla que pasó toda su vida al servicio de la alegría de los hombres.! ¡Cantamos contigo. exultantes de gratuidad y gozo!
TODOS: María contigo proclamamos la grandeza del Señor.
2.‑LECTURA
«Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y me di cuenta que la vida era servicio. Serví y comprendí que e/ servicio era alegría. « Estas palabras de un poeta manifiestan la hermosa experiencia de María, ya que su vida fue un constante servicio en lo grande y en lo pequeño. Ella busca servir y goza sirviendo. así misma se define cuando acepta ser la Madre del Señor: «Soy la servidora del Señor». «Estoy dispuesta a la voluntad de Dios para servirlo». Ese es el sentido de su vida y ésta su vocación más profunda.
María vive atenta a lo que Dios le pide y procura responder a El fielmente. Vive para servir a su Señor y por esta razón es también la servidora de los hombres; está atenta y alerta a las necesidades para responder con prontitud, es fina mujer servicial, no se contenta con lamentos o con palabras compasivas. Ella piensa, resuelve, imagina, responde y torna la iniciativa antes las necesidades o las angustias de los hombres. Vive para servir y se desvive por ayudar.
Servir es responder con cariño concreto a las necesidades humanas. es poner a los hermanos en primer lugar. sin fijarse en la comodidad que se pierde o en la quietud personal que no se tiene. Servir es pensar en el otro y comprometerse con él, al igual que Jesús, el Hijo de María y servidora de Dios: «… no he venido a ser servido sino a servir y a dar la vida por todos. «
María conoce bien lo que necesitamos. y en ese eterno dialogo de amor con su Hijo Jesús. es posible que al igual que en Caná de Galilea, ella interceda por nosotros.
Hoy Madre. nos enseñas con tu servicio, que allá donde se comparte la alegría. donde hay una actitud de servicio, donde hay comunión de vida, donde hay amor, allí hay, felicidad. comprensión, fraternidad, paz… porque allí está Dios. ¡Ojalá Madre, que nuestro «servicio» fuera siempre para alegrar, compartir. ayudar. comprender, apoyar y Hacer presente al Señor entre nuestros hermanos.
3.‑ REFLEXION PERSONAL
Breve silencio. Pídase la gracia que se desea alcanzar.
4.- PLEGARIA
‑ Madre del Rosario, ¡inspíranos un espíritu filial. humilde y obediente en todos los instantes de nuestra vida!. AVE MARIA.
‑ Bajo tu amparo nos acogemos. Madre. ¡Pon fortaleza en nuestras vidas débiles y ven
con nosotros a caminar! AVE MARIA.
‑ Tú que te dedicas a servir a los demás, líbranos de nuestros egoísmos. No permitas que nos apartemos del camino del amor y haz que estemos siempre pendientes del hermano que nos necesita. AVE MARIA.
5.‑ ORACION FINAL.
Virgen María del Rosario, servidora de Dios y de los hombres, a Ti presentamos nuestras necesidades. Corre en nuestro auxilio. Necesitamos la buena noticia de la cual Tú eres portadora. Queremos hacer entre nosotros lo que tu Hijo Jesús nos enseñó, hacer felices a los «pobres», «amarnos” como hermanos y poder llamar a Dios «Padre Nuestro”.
Virgen servidora en Ti dejamos nuestra esperanza. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. AMEN.