Boletin 2003

El Rosario. Instrumento de Evangelización ayer y hoy

         En este año dedicado al Stmo. Rosario hemos de profundizar en esta «devoción de devociones», llamada así por su gran riqueza ya que nos centra en Cristo acudiendo a la «escuela de María» y nos lanza a navegar por los caminos del Evangelio de una forma sencilla, directa a la par que idónea para crear verdaderas comunidades y familias, según el dicho de que » la familia que reza unida permanece unida» no en vano llegan aún hasta nosotros, como una invitación a su prolongación en el tiempo, en el aquí y ahora, esos ecos de los Rosarios rezados en nuestras familias al caer de la tarde o al amanecer, cuando se saludaba a María por nuestras calles con el rezo del Rosario de la Aurora. No podemos perder esa frescura del amanecer cayendo en la rutina de una vejez prematura falta de profundidad, y contagiada por la ligereza que invade el ambiente y que como oscura tentación nos impulsa a vivir nuestro cristianismo de una forma «light», descafeinada y monótona.

        El Rosario no es un Sacramento, ni un acto litúrgico pero sí, bien rezado, contemplado y vivido nos forja como cristianos, nos introduce en el camino de la oración, alimento de nuestra vida.

        Así, desde que la Virgen, de una forma u otra, se lo entregó a Sto. Domingo de Guzmán, la Orden de Predicadores lo ha usado como Instrumento valiosísimo de Evangelización. En los distintos continentes por donde la voz clara y fuerte de los mejores teólogos dominicos ha resonado, brilla como signo de la presencia de Sta. María, el Rosario, esas cuentas engarzadas que han servido para acercar el evangelio a las gentes de los cinco continentes y que han sido camino de oración, de acción de gracias , de súplica, de diálogo con Dios.

        Si es cierto que a Fray Alano de Rupe le podemos reconocer como verdadero propagandista del Rosario, al P. Sprenger impulsor de las Cofradías del Rosario, al Beato Bartolomé Longo de la construcción del gran Santuario dedicado a Ntra. Sra. Del Rosario de Pompeya y gran apóstol seglar de esta devoción no es menos cierto que hemos de reconocer y elevarles nuestra gratitud a tantos dominicos, frailes, hermanos, monjas, seglares que desarrollaron su labor evangelizadora tanto en América como en Extremo Oriente amparados por la protección de Ntra. Sra. del Rosario y transmitiendo esta devoción en todos los rincones de la tierra hasta donde llegaron.

        Se lee en las crónicas antiguas » que en América fue muy acogida esta devoción mariana y se rezaba el Rosario en las Iglesias, en las casas y en las calles». Y llevada por los dominicos, muy pronto los indígenas invocaron la protección de Sta. María con la advocación del Rosario.

        Ntra. Sra. Del Rosario del Milagro ( año 1592) en Córdoba, Argentina, Ntra. Sra. Del Rosario de Chiquinquirá, Reina y Sra. de Colombia, que expresa la religiosidad de la colombina mestiza, Ntra. Sra. del Rosario de Las Lajas, también en Colombia, Ntra. Sra. del Rosario de Talpa en Jalisco, México, Ntra. Sra. Del Rosario, Patrona de la Nación de Guatemala, son una muestra de lo que venimos diciendo. Así como el hecho de que fuese la Virgen del Rosario la Patrona de la Armada española de Galeones que realizaba la Carrera de Indias desde Cádiz a Veracruz o de Acapulco a Manila, llevando estos barcos la Imagen de Ntra. Sra. Del Rosario » La Galeona» , Imagen que viajaba en el galeón que llevaba la Insignia del Vicealmirante y que en el día señalado para el embarque era entregado a éste, en solemne función religiosa por el Prior de los dominicos de Cádiz.

        Junto a esta extensión de la devoción del Rosario se extendieron asimismo las Cofradías del Rosario, presentes allá donde los misioneros dominicos tenían sus campos de acción evangelizadora. Como ejemplo de ello reproducimos el Acta de la erección de la primera Cofradía del Rosario de Centroamérica fundada en la Antigua ( Guatemala ) el primero de noviembre de 1559.» Miércoles, día de todos los Santos, año de cincuenta y nueve, predicando en la Iglesia Mayor, el Rvdmo. Señor Obispo, propuso a todo el pueblo, como hacía poco que a su noticia había venido la gran devoción del Salterio y Rosario de Ntra. Señora, y el gran fruto para las almas y para los cuerpos de las personas que toman tan santa devoción; y para conseguir tanto bien, que se ordenase una tan santa Cofradía. Y porque el sagrado Orden de los Predicadores fue su primera fundación, y después su reformación y ahora en estos tiempos está levantada con más Sumos Pontífices de grandísimas Indulgencias. Dijo el Sr. Obispo, que convenía que todos se asentasen por cofrades, y para ello el muy Rvdo.P. subprior fray Tomás de Vitoria, tendría a su cargo un libro donde se asentarán y asentasen, y que desde luego él se asentaba y señalaba por cofrade. Y porque se hará un sumario y se pondrá en una tabla, para que conste a todos a lo que han de estar obligados …..Y esta fiesta y procesión quedará señalada para siempre, en señal y pacto de esta santa cofradía» » Episcopus Guathemalensis».

        De igual forma en extremo Oriente, introducida por San Francisco Javier y los primeros misioneros que llegaron a Japón en 1549, y consolidada por los dominicos que llegaron en 1602, se acogió esta devoción del Rosario como medio de acercamiento al Misterio de Cristo, a través de María.

        Los dominicos por todas las tierras de Extremos Oriente propagaron las Cofradías del Rosario que formaron tantos cristianos y cuya arma invencible los sostuvo incluso en la hora de la persecución( año 1597 y ss.) en la que hubieron de confesar su fe cristiana con su sangre.

        El Rosario como instrumento de Evangelización no tiene hoy menos fuerza que ayer. Merece la pena que lo valoremos, lo recemos, lo contemplemos, lo vivamos, lo propaguemos como fuente de energía espiritual que nos adentra en el Camino del evangelio, de la oración de la comunión con Jesús a través de Maria.

  Dominicas‑ Monasterio Purísima Concepción
            JAEN