Mi querida madre
Yo conservo varias fotografias de mi querida madre difunta.
Unas son de su niñez y juventud. En ella se refleja su candidez e inocencia purisimas, otras son de su edad juvenil. En ellas hay una madurez y belleza natural encantadoras. Otras por fin, de su vida matrimonial y de madre de familia, en las que bien esta con su esposo, mi padre, o con alguno de sus hijos en el regazo, o sentada con ellos en sus rodillas. En todas ellas esta encantadora, derrochando amor, ternura, cariño y simpatia.
Bien. Esas son fotos de mi querida madre.
Pasemos ahora a considerar las distintas advocaciones y por tanto, manifestaciones o representaciones de nuestra Santisima Madre la Virgen Maria.
Por ejemplo: Cuando la contemplamos Virgen Inmaculada, solamente, sin mas, se nos muestra como lo que es: la Virgen Purisima, sin mácula alguna de pecado. Limpia y pura como nos dice la Srgda. Escritura en el Apocalipsis. Una mujer sencilla, de mirada purisima, elevada hacia el cielo, de donde espera todo, y a donde solo aspira para unirse con Dios, que la atrae hacia SI constantemente, y con el que no quiere nunca romper sus relaciones filiales. Esta bellisima en su advocacion de la Inmaculada, y así ha sido captada por centenares de artistas que han querido patentizar su idea de endiosamiento . Ella nunca se dejara arrollar por las corrientes del mundo, por las insinuaciones del infernal enemigo. Muchas veces la representan pisando la inmunda serpiente, imagen del diablo, al que aplasto ya desde su Inmaculada Concepción, por designios de la Divina Providencia que la preparaba para la sublime misión de Madre de Dios.
La contemplamos tambien niña entre sus padres Joaquin y Ana, con los que debió vivir una niñez feliz y deseando en todo serles dócil y participar siempre con ellos en sus diarias obligaciones de israelitas fieles a los deseos y mandatos de su Dios.
Igualmente la vemos desposada con su castisimo esposo San Jose, al que%nio por deseo expreso de Dios, para poder así realizar honorablemente su mision de Madre del Verbo Divino. Tambien aqui esta siempre envuelta en una dignidad y sobriedad fuera de serie, como ella lo fue, fuera de serie, única, inmortal y llena de encantos, atrayente para todo el que quiera contemplarla.
Y no digamos cuántas y cuantas advocaciones nos la muestran como la Madre de Jesus, del Redentor, del Dios único y verdadero. Aqui es donde desborda su majestad, su grandeza, su desvelo maternal por el Hijo que le fue encomendado, y despues por todos los hijos que le fueron entregados al pie de la cruz de su Divino Hijo.
Por ultimo, contemplemosla cargada de dolor y tristeza ante la Pasion y muerte de su Hijo, viviendo en la soledad, aun cuando Jesus se encargo de no dejarla sola, pero al fin y al cabo prescindiendo de su adorado Hijo hasta el fin de sus dias.
¿Que a donde quiero ir con estas reflexiones?
Muy sencillo.
Durante todo este año la Iglesia esta celebrando el centenario de la Inmaculada, o mejor, el ciento cincuenta aniversario del dogma de la Inmaculada Concepcion, por lo que todos los que nos preciamos de llamarnos hijos suyos, tenemos que volcarnos ciegamente en Ella., congratulandonos de esta preciosisima advocacion de LA INMACULADA CONCEPCION. Debemos sentirnos orgullosos de que Dios nos haya dado una Madre libre de toda mancha de pecado, en la que no tuvo ocasion la inmunda serpiente de inocular su asquerosa mordedura. ¡Que alegria tener una Madre, una madre de verdad, limpia, sin roce alguno de maldad!
Pero al mismo tiempo, en estas fechas cercanas al mes de octubre, y mas concretamente a la festividad de nuestra Stma. Virgen del Rosario, tambien tenemos que sentirnos orgullosos de pertenecer al escuadron de sus elegidos. Ella acudio siempre a las necesidades de nuestros mayores, como lo fue el Santo Papa Pio V, (Dominico) que tuvo la feliz idea de poner bajo su proteccion y amparo la dificil batalla de Lepanto, que con tanta dificultad consiguieron las huestes cristianas derrotar a los intrepidos turcos, ganandoles la batalla a fuerza de rezos del santo rosario. Victoria que tuvo lugar el dia 7 de octubre de 1571
Y no digamos en los tiempos actuales, cuando en la mayoria de las apariciones de la Virgen, aprobadas por la Santa Madre Iglesia, siempre aparece rezando el Rosario, invitandonos a todos a rezarlo devotamente, pues de ello depende, (dice Ella) la salvación del mundo.
Y cuantas y cuantas imágenes, todas ellas bellísimas de esta advocación del Rosario no hay extendidas por toda la tierra, por todos los paises, norte y sur, oriente y occidente, en imagenes, lienzos , murales, etc. Aquí la podemos contemplar como la Madre de Dios y Madre Nuestra, pues no se desdeña de acogernos a tantos cuantos queremos tenerla por Madre y Abogada.
Por esto, creo y o , que en este año, en que como ya digo antes, estamos celebrando su Inmaculada Concepcion, no perdemos el tiempo ni hacemos nada contrario a los deseos de la Iglesia, si la invocamos como nuestra Madre, Reina y Señora, Purisima e lnmaculada Madre del Rosario.
Ella siempre es la misma. No importa que se nos muestre sola o acompañada de su Hijo, puesto que su proteccion, amparo y cariño de madre no nos falta jamas.
Lo importante es que sepamos darle gusto, honrandola como a nuestra Madre, pero mucho mas como Madre de Dios, al que debemos todo honor, amor, adoracion y culto.
Que ELLOS se nos muestren siempre propicios y nos bendigan con toda clase de bendiciones y gracias del cielo.
Así sea.