Un día especial
El día 25 de abril pasado fue un día realmente especial, mi hijo José Javier, hacia su primera Comunión en el Sagrado templo de nuestras queridísimas Madres Dominicas
Bajo el amparo y mirada sublime de nuestra Madre del Rosario, mi hijo estaba más feliz que nunca, las Madres pusieron todo su empeño y salero en adornar primorosamente la iglesia, y de corazón les quiero dar las gracias por habernos hecho sentir como en el cielo. Al amparo de nuestra Virgen, a la que mi hijo guarda una gran devoción, la eucaristía, celebrada por nuestro amigo D. Blas Pegalajar fue maravillosa, en los ojos de mi pequeño pude vislumbrar el orgullo y la fe, esa mirada que aparece en él siempre, cada año durante la procesión, cuando se vuelve y mira a nuestra virgen, hablando con ella desde adentro. Intervinieron también nuestros niños llevando con mi hijo las ofrendas y después le acompañaron en el altar para rezar el Padrenuestro. Mi hijo comulgó a mi lado, recibiendo al Señor por primera vez. Para mi fue realmente emotivo verlo recibir a Cristo. Al final nuestras lindas madres Dominicas, le hicieron un regalo especial a mi hijo: un niño Jesús vestido con el hábito Dominico, que guarda en un sitio especial de su habitación.
Desde este boletín, quisiera dar las gracias a todas las personas que nos acompañaron tanto en persona, como con sus oraciones, a mi familia, amigos, y a nuestro sacerdote y amigo D. Blas, que celebró una misa digna de recordar para siempre y también y ante todo a nuestras Madres Dominicas. Con vuestro cariño conseguisteis hacer que mi hijo tenga un recuerdo imborrable de su día más feliz.
Y a nuestra Madre del Rosario le pido que le de fuerza a mi hijo para que llegue a ser un buen Cristiano, aunque sea Guardia Civil.