Intervención de la Comunidad Dominica
Sr. Presidente D. José Castro, Hermanos de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Rosario, cofradía hermana de la Estrella, señores y señoras, amigos todos que nos acompañáis:
Nos reunimos aquí en esta iglesia conventual para celebrar la Presentación del Cartel que hace conmemoración del décimo aniversario de la restauración de la Cofradía del Rosario en Jaén.
A todos nos gusta celebrar un aniversario, que no es añadir un número a otro número del calendario, ni limpiar las imágenes del pasado sino hacer memoria de un hecho para revivirlo, revitalizarlo, recordarlo , celebrarlo.
Como hija de Santo Domingo brevemente os voy a traer a vuestra consideración la figura de Santo Domingo de Guzmán fundador del Rosario.
Domingo de Guzmán nació hacia 1170 en las bastas llanuras de la meseta castellana, en un pueblo cuyo nombre sí quiero acordarme – Caleruega- en la Provincia de Burgos. Y murió en Bolonia en un caluroso y sofocante mes de agosto de 1221, agotado por una vida entregada a Dios y a la salvación de los hombres.
Según la beata Cecilia , monja de primera hora, tenía rostro risueño, claridad en su mirada, corazón grande capaz de conmoverse por las necesidades de los hombres, compasivo, estudioso de la Sabiduría, enamorado de Dios. Inteligente y valeroso fue este recio castellano primer fundador español, que fundó la gran Orden de Predicadores, luz y seña de la Iglesia y del mundo entero, que a través de los siglos ha llevado la luz de la verdad, el consuelo del evangelio y la paz de la gracia a todos los rincones, desde los más perdidos pueblos hasta las más importantes ciudades y universidades.
Jacinto de Polonia, Pedro de Verona, Rosa de Lima, Martín de Porres, Catalina de Siena, Inés de Montepulciano, Tomás de Aquino, Vicente Ferrer, Fray Angélico, Bartolomé Longo creador del Santuario Basílica de Nª Sª de Pompeya , dedicado a la Virgen del Rosario, son entre otros muchos, hijos esclarecidos de Santo Domingo que han sabido plasmar su ideal y han dado luz y esplendor a la Iglesia en diferentes campos, llevando siempre a los hombres la gracia divina y restaurando su dignidad.
Y esta ingente obra solo se ha podido llevar a cabo gracias al gran amor que Santo Domingo tuvo a la Virgen Maria, Ella fue la inspiradora , el apoyo, la madre, la Maestra y Reina de los Predicadores.
Fue llamativa la gran devoción que el Santo Padre profesaba a la Virgen, de tal modo, que en la Iglesia, en los caminos polvorientos, en las plazas y calles , en cualquier lugar donde se encontrase continuamente elevaba su mente a la Bienaventurada Virgen Maria con el rezo del Ave Maria mientras meditaba los Misterios de Cristo, llenándose así de fuerza para su predicación.
Ciertamente esta forma de recitar Ave Marías era conocida ya en el siglo noveno, normalmente eran 150 por los 150 salmos que recitaban los monjes en su liturgia. Esta práctica fue adoptada por todos aquellos que deseosos de orar y buscar la perfección no tenían la oportunidad de rezar el salterio como los monjes.
Santo Domingo se preocupó de que sus novicios, frailes ,monjas y todos aquellos vinculados a la Orden rezasen estas Ave Marías que eran como el salterio de Maria. Usaban un contador de cuentas, bien de madera o nudos… y es que “ cuenta la leyenda que apenado Domingo por los estragos de la herejía albigense, deseoso del incremento de su Orden, una noche sumido en oración tuvo una visión suavísima en la que la Virgen Maria, le ofrecía el arma más poderosa de oración con la que vencería todas las batallas y salvaría multitud de almas…este era el Rosario, salterio de Maria. Como Tesoro preciado se lo encomendaba a Domingo y su orden para que lo llevasen a todas las gentes como arma de salvación”.
Después sus hijos e hijas se ocuparían de esta propagación. Se crearían muy pronto las Cofradías del Rosario, seglares alimentados por este espíritu dominico y cuyo motor era el rezo y propagación del Rosario. Cofradías extendidas por todos los continente, África, Europa , América, Asia, Oceanía, portarían este estandarte dominico y rosariano. Y cuando la persecución arreciaba como en China , ahí estaban dispuestos a confesar a Cristo llevando sobre su pecho el santo Rosario”
Día 7 de Octubre de 1571 , en las aguas de Lepanto las tropas cristianas vencían a las del Islam. Europa se libraba del invasor peligroso . Durante el combate, casi a la misma hora, se recorrían las calles de Roma rezando el Rosario, para tal fin había convocado el papa a Cofradías del rosario y todos los fieles . El Papa Dominico San Pio V desgranaba a su vez las cuentas del Rosario con la fe poderosa de quien exprime los misterios divinos y la gracia a favor de los hombres. Desde que D. Juan de Austria, que comandaba dichas tropas, anunció la victoria nadie dudó de atribuir ésta al rezo del Rosario y así el Papa Pío V instituyó la fiesta de la Virgen del Rosario el 7 de octubre aniversario de la victoria.
Día 5 de agosto de 1716, se celebraba a Nª Sª de las Nieves, Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (Rumania) un ejército Turco más grande que el suyo, librándose de nuevo de la invasión. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la Virgen del Rosario y en acción de Gracias mandó que se celebrará su día – 7 oct.- como fiesta universal.
Las batallas de nuestra época no son menos, por lo que esta arma es necesaria y actual. Hoy luchamos contra las tropas poderosas de la carrera de armentos, la falta de respeto a la vida, la pobreza, las crisis sociales, la falta de valores, la falta de fe…
Nuestro mundo de 2010 no gusta de emplear esta arma poderosa ni estas manifestaciones como aquel día por las calles romanas rezando el rosario, pero sin duda hoy también el rosario es el arma poderosa que salvará el mundo.
Rezar hoy el rosario tiene sentido, es acudir a la escuela de Maria para que ella nos enseñe a Cristo. Coger en nuestras manos el rosario es como “cogernos fuerte de la mano de Maria”, por eso nuca debería faltar a ningún cristiano un rosario.
El rosario es oración mariana y cristológica, Nos pone en contacto directo con el Misterio de Cristo a través de Maria. Y al igual que el sol calienta e ilumina y al ponernos bajo su influjo nos calentamos, nos iluminamos, así el Rosario es una fuente de energía. Al enunciar el Misterio, este nos irradia por sí mismo – tiene poder- “y somos envueltos y penetrados por la vida divina que encierra”.
El Rosario ese haz de rosas, gavilla de misterios vividos con Jesús y Maria, que nos exhala la vida para nosotros a la vez derivarla a todas esas intenciones que debemos poner al rezarlo. Al rezar la Encarnación proyectaremos vida frente a tantos que con el aborto quieren negarla, al orar con Cristo en Getsemaní ponemos esperanza en tantos hombres angustiados y desesperados y así con cada uno de los Misterios… recogemos la gracia de cada Misterio, su energía y la proyectamos sobre todas aquellas personas o circunstancias que necesitan de un intenso amor y gracia.
Con el Padre nuestro pedimos el pan de cada día, pedimos todo lo que un cristiano debe pedir.
La repetición de las Ave Marías nunca deben aburrirnos , es como un asidero, un cogernos de la mano de la madre para que ella nos ayude y no nos distraigamos.
El gloria es el canto de alabanza a la trinidad que nos sumerge con la Iglesia del Cielo y de la tierra.
Fue Santo Domingo de Guzmán el que extasiado y enamorado ante la Madre de Dios acogió este regalo, esa cadena de rosas para perfumar el mundo entero, y es Ella la Virgen del Rosario, Ntra. Señora de las Victorias, la Reina y Auxilio de los cristianos la que seguirá salvándonos y nos llevará la patria cogidos siempre de su mano, de su rosario. No dudéis . Ahora y en la hora final el Rosario será nuestra salvación y mejor consuelo, la escala para el cielo.
Que este décimo aniversario nos sea motivo de acercarnos a esta devoción, reina de las devociones, sencilla, mariana, cristológica y transformadora.
Virgen del Rosario ruega por nosotros.
Sor Mª Rafaela de Jesús,OP
Comunidad Dominicas -Jaén